No era la primera vez que me decían que cuidara mi dieta, pero esta vez, las cosas se sentían diferentes. Las palabras del médico flotaban en el aire: prediabetes. Recuerdo sentir una mezcla de incredulidad y frustración. No estaba con sobrepeso, me mantenía activa, pero de alguna manera, aquí estaba, enfrentando la realidad de que mis niveles de azúcar en la sangre estaban entrando en territorio peligroso.
Lo primero que hice al llegar a casa fue buscar información, tratando de comprender qué estaba sucediendo en...